domingo, 3 de abril de 2011

Muros


No recuerdo el momento exacto de cuando empecé a formar muros a mi alrededor. Muros inquebrantables, irrompibles. Desde bien niña empecé a construirlos, huyendo de la gente, por temor a que me hicieran daño, me bastaba con mi soledad aunque tambien me doliera, no queria que nadie me hiciera nunca más daño. Pero a veces, cansada de la soledad, permitia la entrada a algunas personas, personas para mi privilegiadas, pues no a cualquiera le dejaba traspasar mis muros. La decepción venia cuando alguna de estas personas privilegiadas me hacian daño, pues el muro se volvia más ferreo, un muro hecho de piedras, cada piedra la ponia por algún suceso sufrido, siendo cada vez más enorme y más inquebrantable.

Ahora mismo ese muro está demasiado lleno de piedras, y me temo que ya nadie podrá romperlo, pues está practicamente vetada la entrada a nadie.

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