lunes, 28 de marzo de 2011

Confianza

¿En que momento dejé de confiar en la gente? ya desde pequeña me costaba poder confiar, tenian que pasar lustros para que pudiera abrirme hacia los demas, pero, eso si, cuando lo hacía, tenía una confianza ferrea ante la persona que confiara. El problema siempre ha sido cuando una persona de la que yo he confiado muchisimo ha hecho perder mi confianza, y esque ya luego no ha sido lo mismo. Ya lo dicen: "La confianza se gana con mil actos y se pierde con uno solo" y la verdad esque ese dicho se amolda perfectamente a mi. Quizá me lo tomo muy a pecho, pero no puedo hacerle nada, soy una persona que me cuesta mucho confiar en alguien, y si yo le doy mi confianza completa y hace algo que me duele, no puedo evitar perder confianza, pues duele muchisimo que hechen a perder algo que tanto me ha costado de ofrecer a esa persona...

Aún así, aunque la gente me haya ido haciendo daño, siempre, tarde o temprano he ido confiando. Pero ya no puedo más. Me duele mucho el que mi confianza para algunos parezca que no valga nada, algo que para mí es tan valioso. Me duele el como me puedo llegar a abrir a algunas personas, dandolo todo de mi, explicando mis cosas, pero luego estas personas no hacen lo mismo que yo, no siendo la confianza reciproca. ¿Acaso no confian en mi? estoy cansada de tener que confiar solamente yo, la confianza también tiene que ser parte de dos.

¿Como puedo confiar en alguien que no confia en mi?

domingo, 27 de marzo de 2011

Realidad y Imaginación

La realidad de nuestras vidas con lo que nuestra mente imagina que nos gustaría ser son tan diferentes...Siempre querremos una vida feliz, donde estemos alegres y con una sonrisa de oreja a oreja, viviendo a gusto con nosotros mismos y con nuestro entorno, debajo de los calidos rayos del sol. Pero eso no siempre puede ser así, y solo será una ilusión que nuestra mente habrá creado, porque en ese momento no estaremos debajo de los cálidos rayos del sol, si no en un enorme campo de nieve, sin ninguna compañia excepto de nuestra soledad, notando como el frío cala en nuestros huesos, y como vamos entrando en la desesperación de nuestra agonía. Tan solo nos quedará nuestra imaginación reflejada en un espejo, todo aquello que queremos ser, pero que por más que nos esforcemos nunca podemos conseguir... Solamente nos queda anhelarlo en esta sombria desesperación al otro lado del espejo.